Las dos caras de Carles Puigdemont: de 'desaparecido' en Bruselas a tener en su mano el futuro de España

El expresident de la Generalitat, Carles Puigdemont.
El expresident de la Generalitat, Carles Puigdemont.
Carlos Gámez
El expresident de la Generalitat, Carles Puigdemont.

Carles Puigdemont se ha convertido una figura decisiva en la política española, pero su protagonismo no es el mismo en Bruselas. Son dos caras de una misma moneda. Tras los resultados del 23-J, Junts tiene en su mano condicionar el Gobierno, con sus 7 escaños, y decidir si apoya o no la investidura de Pedro Sánchez; y, sobre todo, a cambio de qué. Si decide mantener la cuerda tensa, en cambio, España se encaminaría hacia una repetición electoral, probablemente en el mes de diciembre. No obstante, Puigdemont no tiene tal nivel de relevancia, ni mucho menos, en la capital comunitaria.

En la escena nacional el que fuera uno de los padres del procés ha vuelto a irrumpir de forma aplastante tras los comicios. De Junts, y de él, depende que Sánchez siga en Moncloa pero una de las patas del independentismo catalán (la otras es ERC) no va a vender barato su apoyo al candidato socialista. "Los puntos cardinales de nuestra posición no han variado, por más presiones y correcciones, y algún insulto que se descontrola. Es decir: no tenemos confianza en los partidos políticos españoles, toda precaución es poca y las promesas no nos escalfan ni nos refrendan", avisó ya esta semana el propio Puigdemont, ahora más activo que nunca en redes sociales.

No solo Puigdemont, sino el independentismo en general, ha ido arrancando medidas a Sánchez a lo largo de la última legislatura, especialmente la reforma de los delitos de sedición y de malversación. El primero, de hecho, ha quedado sustituido en el Código Penal el delito de sedición por uno de "desórdenes públicos agravados". Esta medida, en cambio, no parece ser suficiente para el expresident, quien aseguró que de volver a España lo hará "como un hombre libre". Por eso las dos patas de su discurso son ahora muy claras: un referéndum pactado y la amnistía (que no el indulto).

El último 'logro' de Junts, mientras todavía decide su postura sobre la investidura, ha sido que el Gobierno registre una petición para incluir el catalán, el gallego y el euskera como lenguas a utilizar en las instituciones europeas. De esta forma, los siete diputados independentistas han dado su apoyo a Francina Armengol para que se haya convertido ya en la nueva presidenta del Congreso. Eso sí, desde el partido dejan claro que este paso es independiente a las conversaciones para la formación del futuro Ejecutivo. La clave, al final del todo, está en ver qué botón decide apretar Puigdemont.

En Bruselas su presencia genera indiferencia

Toda la relevancia que tiene Carles Puigdemont a nivel nacional desparece cuando se mira la escena europea, pese a que ahora mismo es eurodiputado y, además, reside en Waterloo. "Se entiende el papel que tiene en la política nacional y su posible influencia, igual que en su momento hizo algo de ruido en el Parlamento Europeo", comentan las fuentes consultadas por 20minutos, que al mismo tiempo reconocen que el expresidente catalán sí regresa a la primera fila mediática comunitaria "cuando se habla de su inmunidad".

No obstante, en el día a día Puigdemont ejerce una labor de eurodiputado de tercera o cuarta fila, sin presencia y sin influencia. ¿Por qué? Porque igual que sus compatriotas Toni Comín y Clara Ponsatí forma parte del grupo de los "no inscritos", es decir, Junts no entra dentro de ninguna familia ideológica y además con la salida del Reino Unido de la UE ha perdido los pocos apoyos que tenía el independentismo catalán en los partidarios del brexit. No cuenta con apenas intervenciones en los plenos y entre los 705 asientos de la Eurocámara el suyo es uno de los menos activos.

Puigdemont, con todo, forma parte de la Comisión de Comercio Internacional, de la Comisión de Investigación Encargada de Examinar el Uso del Programa Espía de Vigilancia Pegasus y Otros Programas Equivalentes, de la Delegación en la Comisión Parlamentaria de Estabilización y Asociación UE-Montenegro y de la Delegación para las Relaciones con el Parlamento Panafricano. Además, es suplente Comisión de Libertades Civiles, Justicia y Asuntos de Interior.

Sus últimas preguntas escritas registradas han estado relacionadas con la ratificación del Convenio 189 de la OIT por los Estados miembros de la Unión y con la seguridad y la salud de los trabajadores domésticos. De cara a 2024 todavía no hay oficialidad sobre si el exlíder de la Generalitat repetirá en las listas para mantener su escaño en Estrasburgo en Bruselas. Con todo, de Carles Puigdemont hay dos caras: en España tiene la capacidad de mover algunos hilos para el futuro del país. Si no quiere hacerlo, el país queda abocado de nuevo a las urnas. A nivel UE la cosa cambia... y su figura se empequeñece.

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